viernes, 17 de julio de 2020

ANUNCIOS DESAGRADABLES

ANUNCIOS DESAGRADABLES


EL PROBLEMA

Cuando estamos sentados tranquilamente frente al televisor u hojeando una revista, vemos un buen número de animales reproducidos en los anuncios o “posando” o “actuando” en un espectáculo. Nuestra primera reacción suele ser “¡Mira qué mono”! Pero más fríamente deberíamos reflexionar sobre cómo deben sentirse estos animales cuando los pintan, les ponen un casco de moto o les hacen sufrir cosas mucho peores.


 Un caso más, de humanización de los animales: Ponen palabras humanas a gatos; el gato de la derecha tiene rictus de enfado, pero no es que esté enfadado, es que este gato (ya fallecido) nació con una malformación en la mandíbula que le hacía tener ese gesto. 



·      Los abusos pueden ser tan sutiles como forzar a un gato a permanecer despierto durante horas para que luego duerma en el momento “oportuno”, o tan evidentes como golpearlo con un palo o marearlo en el interior de una lavadora en marcha. Pingüinos a los que se ha disfrazado y colocado bajo potentes luces de un estudio han llegado a sufrir colapsos y morir por el exceso de calor.



Aquí han utilizado el dibujo de un búho al que han humanizado penosamente. Luego la gente se confunde y cree que los animales piensan y actúan como las personas. La confusión está asegurada, siempre en perjuicio del animal.




·      La Federación Americana de Artistas de Radio y Televisión reconoció la existencia de tales abusos cuando en 1989 aprobó por unanimidad una resolución dirigida a sus miembros para que dieran cuenta de cualquier acto de crueldad a la representación más próxima de la Federación. Afirmando que “la existencia de abusos hacia los animales resulta cada vez más evidente”, la Federación resolvió que “ningún artista tiene por qué participar en ninguna escena en la que se abuse de un animal”.





 En letra pequeña pone "Fotos para hacer reír", la verdad, más bien fotos para hacer llorar. Al gato le han hecho pasar muy malos momentos manejándolo para ponerlo de esa guisa.  Para que un gato se deje manipular de esa forma, hay que anestesiarlo, en el mejor de los casos.


LA SOLUCIÓN



·      No debemos permanecer sentados sin hacer nada. Podemos comunicar a los productores que queremos que eliminen los animales de sus guiones, y hacer saber a los anunciantes que la exhibición de animales induciendo al consumo de un producto, en realidad provoque que no lo compremos.


Más casos de humanización: El gato no ve películas. Este pobre gato ese mismo de arriba; una malformación en la mandíbula, le dio ese gesto de enfado ¡tan humano! Sólo el humano es capaz de ser cruel.



·      Escribe a las cadenas y programas de televisión cuando veas a animales haciendo algo desagradable, peligroso o degradante.

·      Llama a los estudios cuando emitan programas que degraden a los animales, expresándoles tu descontento.

·      Promueve los programas sobre los derechos de los animales escribiendo cartas de felicitación.

·      Aprovecha las tarjetas de suscripción a portes pagados de las revistas que aceptan anuncios que degradan a los animales o abusan de ellos para enviar tus comentarios al respecto.

·      Haz saber a las empresas que sus productos no figuran en tu compra hasta que renuncien a la manipulación de animales en sus anuncios. 

·      Si trabajas en una agencia de publicidad, muévete para que tu empresa no utilice animales para sus creaciones.

·      Escribe notas cortas de protesta a los directores de revistas que publican anuncios fundamentados en el abuso de animales. Escribe también a los realizadores de programas cuyos protagonistas vistan pieles o que degraden o lastimen a los animales de un modo u otro.





*X tiene por norma no comprar productos que anuncien toreros, cazadores o gente de circo que trabaje con animales. En una ocasión contactó con una empresa que anunciaba un producto precocinado y que era anunciado por 4 toreros, les dijo que no iba a comprar más ese producto, le contestaron que los habían contratado porque eran “famosos”; el anuncio fue cambiado por otro con bastante cachondeo, ninguneo y que abundaba en lo peyorativo hacia los vegetarianos, ni que decir tiene que *X dejó de comprar ese producto, por cierto, la Empresa, era (y es) de Donostia.








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