jueves, 21 de enero de 2021


              El fotógrafo

 

          y la foca leopardo



                  El fotógrafo Paul Nicklen y su amiga la foca leopardo
 

(Antártida, 2005)

 

 

EXISTE UN DICHO EN INGLÉS SEGÚN EL CUAL QUERER a un animal enaltece el espíritu. Al fotógrafo canadiense Paul Nicklen le bastó un breve encuentro con un ser salvaje para que su espíritu no solo se enalteciera sino que se viera inmerso en un auténtico baile. Con ocasión de un trabajo para la revista National Geografic, Paul se sumergió con su equipo de submarinismo en el mundo frío y azul de las focas leopardo para documentar bajo los hielos de la Antártida este majestuoso, y a veces fiero, mamífero. Su propósito era simple: hacer el mayor número posible de fotos sin sufrir agresiones de aquellos animales de 450 kilos, capaces de matarlo.





Paul interactuando con la foca leopardo, que lo adoptó.

 

En las crónicas sobre exploradores de la Antártida se mencionan estas enormes focas que amenazan a los aventureros, siguiendo a veces sus movimientos sobre témpanos de hielo flotantes, tratando incluso de capturarlos. En 2003, una foca leopardo, probablemente muerta de hambre, atacó a una científica y la ahogó.

 

La mala reputación de estos animales convierte todavía en más asombrosa la experiencia que vivió Paul cuando una foca leopardo hembra de cuatro metros no solo empezó a lamerlo, sino que se empeñó en darle de comer.





La foca, "alimentando" al fotógrafo Paul Nicklen

 

La foca inició el encuentro abriendo y cerrando rápidamente las fauces ante Paul, un juego amenazador para ponerlo en su sitio sin recurrir a la agresión. A continuación, asentado su dominio, el estado de ánimo de la foca mudó a favor de Paul. Se situó por encima de él nadando cerca como si posara para la cámara. Luego, efectuó un repentino movimiento descendente y cazó un pingüino que ofreció repetidas veces al fotógrafo, como si estuviera dando de comer a uno de sus cachorros. “Era como si le preocupase mi salud. 






Como si yo fuese un depredador demasiado lento para cuidar de mí mismo”, recuerda Paul. Como el fotógrafo hizo caso omiso del ofrecimiento de comida (temiendo interactuar con un animal salvaje más de lo necesario), “me atrajo pingüinos vivos que dejaba sobre la cámara y cuando se escapaban volvía a cazarlos, haciendo burbujas en mi cara como si estuviese irritada por mi naturaleza apática”. Finalmente, se puso a comer pingüinos delante de él “para demostrarme cómo se hacía”.







 

Aquel hermoso y esbelto ser maravilló a Paul. Su poder mortífero transformado en dulzura le dejó sin respiración. “Me saltaba el corazón en el pecho y me sentía eufórico cada vez que se me acercaba. Fue la interacción más extraordinaria que he tenido en mi vida”, asegura.





Durante varios días, aquel ser salvaje, a cuyo lado él era un enano, se convirtió en el mejor compañero de un humano fotógrafo. Al final del reportaje, “me costó separarme de ella ___dice___ . Fue una experiencia única y mágica que difícilmente olvidaré”.








Los científicos capturaron y sedaron a un mismo grupo de focas en enero y febrero de 2013 y 2014 con el fin de pegar Crittercams a los lomos de los animales justo detrás de sus cabezas. El equipo informó de sus resultados este mes en la revista Animal Biotelemetry.



 

 

FOCA LEOPARDO

REINO: Animal

FILUM: Vertebrados

CLASE: Mamíferos

ORDEN: Carnívoros

FAMILIA: Fócidos

GÉNERO: Hydrurga

ESPECIE: H. leptonyx

 

 

 

 

FUENTE: “AMIGOS INESPERADOS”

Historias sorprendentes del Reino Animal

AUTORA: © Jennifer S. Holland, 2011, es escritora de National Geografic

Especializada en ciencia e historia natural

Edición negociada a través de Workman Publishing Company, Nueva York

© de esta edición, Grup editorial 62, S.L.U., 2014 Salsa Books

 

































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