viernes, 10 de diciembre de 2021

JAIRO MORA ACTIVISTA, o CÓMO ASESINAR ANIMALES Y PERSONAS ES UNA MISMA COSA.




Ser activista a favor del medio ambiente se ha convertido en una actividad de denuncia y justicia francamente peligrosa.

 

Jairo Mora tenía 26 años cuando su lucha por salvar a la tortura marina laúd, una especie de dos metros de largo, llegó a su fin.





 

La vocación de este costarricense se había convertido en un estorbo para los criminales que trafican con los huevos del animal, y su voz no resultaba beneficiosa para su negocio. Solo fue necesario un balazo para que pudiesen seguir con el negocio.

 

El 31 de mayo de 2013 Jairo Mora fue asesinado en la playa caribeña de Moín. En la costa por la que vivía.




 Jairo Mora Sandoval caminando por la playa en la que murió después de liberar a más de cien crías de tortuga en 2012. Foto por: Carlyn Samuel.

Al atardecer del 30 de mayo, Jairo Mora Sandoval, de 26 años de edad, fue ultimado en la playa de Moín, cerca de Limón, Costa Rica, sobre el mismo tramo de arena en que con valentía monitoreó durante años los nidos de las tortugas marinas, pese a los riesgos in crescendo que suponían los depredadores furtivos, incluyendo sus amenazas a punta de pistola. Conservacionista dedicado, Sandoval fue raptado junto a cuatro voluntarias (tres estadounidenses y una de España) mientras conducía por la playa en busca de tortugas marinas que estuvieran nidificando. Sandoval fue separado de las mujeres—quienes eventualmente escaparon de sus captores—pero el joven costarricense fue desnudado, atado y viciosamente golpeado. La policía lo encontró al día siguiente sobre la arena, bocabajo y esposado; Sandoval murió por asfixia.






Entre los años 2002 y 2013 han muerto 908 personas a causa de la lucha por el medio ambiente, 760 de ellas en países de América Latina, según un informe de la ONG Global Witness. Los más peligrosos para los activistas son Brasil, Honduras, Perú y Colombia. Mora se ha convertido en un héroe popular y es uno más de la larga lista de ecologistas que luchan a diario desde el anonimato y de cuyo trabajo apenas se tiene noticia en la prensa salvo si sufren ataques graves.















ASESINAN A LOS SALVADORES DE LAS CRIATURAS TERRESTRES, PERO SU PENSAMIENTO PERDURARÁ POR SIEMPRE, Y ESO NO SE PUEDE ASESINAR.




Paul & Tatiana

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