lunes, 5 de abril de 2021

BUSCANDO LA ARMONÍA ENTRE ESPECIES




Es evidente que un gato puede convivir con otros animales domésticos. Todos los malentendidos se deben al desconocimiento del comportamiento de cada animal. Los gatos no sienten miedo ante animales más pequeños que ellos, que para él son como juguetes. A los que son igual de grandes o mayores los consideran enemigos hasta convencerse de lo contrario. Pero, para ello, tienen que cerciorarse de que no corren peligro ni la seguridad, ni el rango, ni el territorio.





 

Perros: La proverbial enemistad entre perros y gatos no es más que un cuento, (o un condicionamiento por parte del humano) aunque es cierto que algunos gatos no soportan a los perros y viceversa. Todo se reduce a un problema de comunicación. Para un perro, mover la cola es un gesto amistoso, una manera de aproximarse relajadamente; mientras que para el gato es señal de enfado, de mal humor, de irritación y disposición para el ataque. El perro levanta la pata para indicar que quiere jugar, mientras que el gato lo hace como amenaza. Sin embargo, todo va bien.




Con este gesto, el gato comunica a quien quiera entenderle, que conviene mantener las distancias. Si no lo respetas, te da un puñetazo.

 

* Cuando dos animales viven juntos desde pequeños; están acostumbrados uno al otro y se “entienden”.

 

* Cuando un joven gatito es llevado junto a un perro adulto; también pueden entenderse, aunque con limitaciones, ya que depende de la raza del perro (los perros de caza o los de guarda no suelen ser amigos de los gatos). A los perros mansos y bien educados se les puede enseñar a que acepten al gato como uno más de la manada.






Pero la cosa no funciona en absoluto, o en raras ocasiones, cuando es el joven perro al que se lleva junto a un gato adulto que está siempre en el centro de todos los cuidados. Lo someterá de tal manera que hará de él un animal temeroso y desgraciado que tratará siempre de esconderse; para que una relación de estas características salga adelante, hay que supervisar las 24 horas del día al gato adulto y al perro joven, y NUNCA DEJARLOS SOLOS.





A este gato no le hace ninguna gracia que la rata esté sobre su cabeza; si no es supervisado por un humano, habrá bronca. El gato se contiene, pero por poco tiempo. Algunos humanos juegan a desesperar a los animales: "A ver que pasa...."

 

Conejillos de Indias y hámsters: Es posible que los gatos entablen amistad con los conejillos de indias, pero no hay que fiarse mucho. Los hámsters, en cambio, serán considerados como PRESAS.




Este gatito y el agapornis son grandes amigos, porque el gato es un cachorro, pero si se enfrenta a un pájaro con un gato adulto, el drama está servido. ¡No hagan experimentos!



Es muy, muy importante que el gatito conozca y esté con pájaros cuando es joven, especialmente entre los dos y tres meses de vida. ¿Por qué? Porque es a esa edad tan delicada cuando el felino empieza a aprender con quién debe llevarse bien, con quién no, qué es una presa y qué no, etc.






Periquitos y canarios: A los gatos les gusta cazar pájaros y comerlos. Como siempre, también en esto hay excepciones que confirman la regla.


 

Papagayos y grandes cacatúas: Pueden volverse celosos y herir al gato con el pico; a su vez, el gato puede darles zarpazos y morderlos.





DEPREDADOR y PRESA, y está claro, quien es el depredador. ¡No jueguen con sus animales!. Ellos se lo toman muy en serio.

 

A TENER EN CUENTA: El instinto de caza, está siempre presente en los gatos, tanto si tienen hambre como si están hartos (en cuyo caso resultan mejores cazadores de ratones). En una casa de campo que haya gatos, si no se les coloca comida, se irán del lugar; para que cacen ratones, hay que ponerles comida, agua y un buen lugar de descanso LIMPIO. El instinto de caza no es, pues, idéntico al instinto de comer.





Un gato adulto tiraniza a un cachorro de perro. El perro optará por dos caminos: 1.- Estará aterrorizado todo el tiempo; 2.- Se hartará de la tiranía y matará al gato. NO HAGAN EXPERIMENTOS CON SUS "MASCOTAS".



 

EL PERRO CONSIDERA AL GATO UNA PRESA, por naturaleza, por lo que si se insiste en juntar a un perro adulto con un gato, hay que enseñarles a convivir y NO DEJARLOS NUNCA SOLOS. Necesitan ser supervisados, y separarlos cuando no se les puede vigilar, si no quieres que el experimento resulte una tragedia.





Con esta postura, el perro indica que quiere jugar.









Cuando un gato expone su barriga está indicando la máxima confianza, no tiene miedo, confía y quiere jugar.






FUENTE: TODO SOBRE TU GATO

AUTORAS: KATRIN BEHREND / MONIKA WEGLER

EDITORIAL EVEREST, S.A.




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