ESPAÑA, un mundo feliz.
La tortura, agonía y muerte de TIMPLE transmitida en directo. LANZAROTE (Canarias)
Timple, un perro, ha sido asesinado en Canarias. Dos jóvenes torturaron y mataron a un gato hace unos días, en Madrid. Me entero de una gata a la que le han arrancado los ojos, en Canarias. Un galgo es apaleado y ahorcado en Getafe. Una perra es torturada y tiroteada por un cazador. Vuelvo mientes a Canarias y recuerdo a una pareja, supuestamente educada y con una buena situación económica, que hace poco dejaron a su perro con las patas atadas y al testarral del sol. El desdichado animal muere ahogado. Su agonía fue transmitida en directo a través de Internet.
Gata de un mes a la sacaron los ojos y tiraron a la basura, en TELDE, Canarias.
¿Pero, cómo? En este país situado en la civilizada Europa, se cometen desmanes y crímenes propios de gentes sin cerebro y con anhelos diametralmente opuestos al buen hacer y pensar de los que nos creemos normalmente dotados. ¿Cómo podemos explicar tanta brutalidad y ensañamiento? Creo que hay tres vectores que sustentan tal acontecer en España que son: DIOS, PATRIA y MERCADO.
Dos jóvenes, y no precisamente "sin techo" torturan y asesinan a un gato en MANACOR (Baleares). Foto de la Policía Local de Manacor
No cabe cuestionar que a ojos del humano los demás animales están en este mundo bien para saciar nuestro paladar, bien para llenar nuestras bolsas de euros. La conspicua Iglesia Católica, como todas las cristianas, ya nos enseña desde pequeñitos que Dios se hizo hombre (hombre, no mujer) para lavar nuestros pecados, además de que ya había anteriormente hecho el mundo y todo cuanto en él existe (también la MUJER) para gusto y disfrute del hombre que creó a su imagen y semejanza. Desde esta perspectiva todo nos es permitido con los animales. Claro, dejando aparte todo lo que tenga que ver con posibles tratos sexuales entre el humano e individuos de otras especies que estarían prohibidos por el Señor. El imperio absoluto del hombre sobre los animales es un correlato de la omnipotencia de Dios sobre sus criaturas. Una vez AQUÉL hecho hombre, éste devino un cruel y diabólico ente cojuelo que no cesa de pergeñar atrocidades para sus iguales y para el resto de especies animales existentes en la faz de la Tierra.
Alma, la perrita asesinada a tiros por un cazador en Chantada (Lugo), dejó tras de sí seis cachorros casi recién nacidos. El autor de los hechos, que declara en el juzgado, defiende que lo hizo porque el animal era "un peligro".
Tampoco se puede negar que la clase dominante en España ha sido y es de raigambre católica. Así es que, entre los rasgos que vendrían a caracterizar al buen español están: su afición a la tortura de toros (asunto que llaman cultura ) y otros animales; su escasa inclinación a la lectura, al arte y al pensamiento en general. "Qué inventen ellos" o un "Viva la muerte" son expresiones en algún tiempo escuchadas a gente que se quería muy española.
Galgo apaleado y ahorcado en GETAFE (Madrid)
No hace tanto, unos cuarenta años atrás, aconteció que en este pueblo tan periférico a lo acontecido en el mundo, en particular en la esfera económica, vino a injertarse una ideología que estaba empezando a extenderse en el globo terráqueo: el neoliberalismo y su dios supremo: EL MERCADO.
El mundo mundial devino lo que, siguiendo a Debord, considero un ESPECTÁCULO. Siniestro pero espectáculo. El imperio de los media y su discurso lineal, abstracto y con predominio de imágenes formatea al individuo IN de un presente eternizado en el que nada queda ya que esperar. Es el mundo ideal para que todo aquel descerebrado asesino descargue su insidiosa letalidad en cualquiera de los entes vivos que le acompañan en su existencia.
Siendo esto así, entra dentro de la esfera de nuestra cotidianidad el que un día y el siguiente y así sucesivamente, en todos y cada uno de los territorios que conforman España, individuos de cualquier especie sean torturados, asesinados y..... ¡BARBARIE!. Es hora de que nos lo hagamos mirar. Tenemos mido al virus y no queremos ver ni oír hablar del que somos nosotros. Así sea.
Juan De la Cruz
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