¿Quién es vegetariano? 🍆🍈🍉🍊🍋🍌🍍🍎🍐🍏🍑🍒🍓🌰🌱🌲🌳🌴🌵🌷🌸🌹🍃🍂🍁🍀🌿🌾🌽🌼🌻🌺🍄🍅🍏🍐🍑🍒🍓🍎🍅🍁
No estamos anémicos, ni fláccidos, ni etéreos, y somos vegetarianos…
Un elevado número de personas respondería a esta cuestión mediante frases como: “¡Alguien que come sólo verdura!” o “Alguien que no come carne”.
Pero estas respuestas no son del todo correctas, ya que vegetariano y vegetarianismo no derivan del término vegetal, sino más bien de vegetar, es decir, estar sanos por lo que, en la práctica, podemos definir a un vegetariano como aquella persona que escoge vivir de una manera sana.
Para la mayoría, ser vegetariano es más o menos el retorno a los aborígenes de Australia o del Amazonas, a su parecer, hablar de Naturismo es hablar de la religión de unos cuantos chiflados que se comportan como conejos, que rinden culto a la ensalada, a la hierba y a la semilla. Creen que un naturista no disfruta comiendo, ni sabe lo que es comer, o es un “snob” que se bautizaría fitófago…, del griego
“pyton”, vegetal, y
“pgagein”, comer…
Las cerdas yacen aprisionadas en armazones metálicos que las mantiene en postura de amamantar a unas crías cuyos mordiscos y patadas las destrozan inevitablemente. En la producción de lechales, las hembras inseminadas artificialmente no salen de las incubadoras en las que pueden llegar a soportar hasta 24 cesáreas antes de ser desechadas hacia el matadero.
Un naturista puede ser un “gourmet”. Y os aseguro que los naturistas podemos disfrutar de nuestra comida sin vernos obligados a roer semillas, masticar raíces y hojas y chupar bayas.
Existen diferentes filosofías vegetarianas y no todos los vegetarianos consumimos los mismos productos. Sin embargo, si manifestamos un común rechazo a nutrirnos de carne, de cualquier tipo, y también de pescado (muchas personas olvidan que es también un animal, después de todo). Pero más allá de este principio fundamental, rápidamente se producen divisiones, que van del extremismo de los
vegan (o vegetalianos) que rechazan cualquier alimento de origen animal (y, consecuentemente, también huevos y productos lácteos) a la posición menos radical, la de los denominados
vegetarianos clásicos, que aceptan de buen grado huevos, leche y queso, incluso cuajado.
Los terneros son separados de su madre a los 4 días. Viven estabulados sin luz ni aire y su dieta artificial no contiene hierro. Inmovilidad, anemia y privación de luz son los elementos necesarios para obtener, sin recurrir a sustancias químicas, la carne blanca que celebran los gourmets.
Veamos cuáles son los principales grupos y sus características.
VEGAN O VEGETALIANOS
Puristas absolutos, son tan amantes de los animales que llegan a rechazar cualquier alimento que contenga el mínimo indicio de proteínas o grasas de este origen. No consumen huevos, ni productos lácteos, limitándose a ingerir verduras, legumbres y cereales.
Su rígido régimen alimenticio deriva del horror que sienten ante la idea de matar a un animal para nutrirse de él y, aún más, de criarlos con la única finalidad de sacrificarlos, evitándoles así, una suerte tan mísera.
Se puede afirmar que la repulsión que sienten estos vegetarianos por lo que respecta a la carne y a los productos derivados de la cría animal es análoga a la de la gran mayoría de los seres humanos respecto al canibalismo.
Los animales estabulados para consumo humano, que soportan condiciones de angustia, dolor, insalubridad y hacinamiento, son el terreno de cultivo ideal para toda suerte de enfermedades, infecciones y hongos. No en vano, la mitad de la producción mundial de antibióticos se destina a la sanidad veterinaria.
Partiendo de este principio, evitan consumir, igualmente, los productos lácteos, ya que también son fruto de una obligación y de una violencia ejercida en los animales, y, asimismo, los huevos, debido a que los criaderos especializados confinan a los desgraciados plumados que los producen en miserables jaulas, absolutamente inhumanas, incluso crueles para cualquier ser vivo.
LOS VEGETARIANOS CLÁSICOS
Son los que optan por la elección más equilibrada, que les permite, asimismo, variar y enriquecer su menú diario sin necesidad de carne. En esta dieta se admiten, además de todos los vegetales, huevos, productos lácteos, de colmena y miel. El fundamento ético sobre el que se basa esta elección radica en no matar, ni siquiera a los animales, aunque sí que se consumen productos de
criaderos cruentos, como huevos, leche y miel.
La propaganda interesada ha sostenido que las proteínas animales son superiores a las vegetales, lo cual no corresponde a la realidad. Una alimentación vegetariana variada proporciona al consumidor la misma completa gama de aminoácidos que una dieta carnívora, con la ventaja adicional de que no suministra ni grasas saturadas causantes de afecciones cardiovasculares, ni sustancias nocivas para la salud, presentes en la carne a raíz de los procesos artificiales a que ésta es sometida antes y después de la muerte del animal.
Con este tipo de alimentación, es muy importante destacar la disminución de la adquisición de grasas saturadas animales a favor de las poliinsaturadas (presentes en los aceites vegetales), que reducen los niveles de colesterol en la sangre, previniendo así las cardiopatías.
HINDUISTAS
Otra teoría vegetariana es la hinduista, muy antigua y difundida especialmente en los países orientales. Sus remotos orígenes son análogos a los de la más grande religión de la India, el hinduismo. Actualmente, es compartida por gran parte de sectas y grupos religiosos esparcidos un poco por todo el mundo (la más famosa es la de los Hare Krishna).
Malformaciones en patas de gallinas hacinadas en granjas industriales
Esta elección alimenticia radica en no nutrirse de carne, pescado y huevos y en la convicción de que los animales poseen la misma esencia espiritual que los humanos. Los hinduistas no comen carne de animal porque creen que en ellos se han reencarnado humanos que han cometido graves pecados en la vida precedente. Este concepto es profundamente divergente respecto a las religiones cristianas, que no conciben que los animales tengan alma, justificando por este motivo al hombre que los mata y se alimenta de ellos.
Un hecho interesante, desde el punto de vista nutricional, es la consideración que los vegetarianos religiosos tienen con respecto a los lácteos: en efecto, los hindúes se nutren, de buen grado, de leche y sus derivados, ya que la consideran un don divino (por ello las vacas son sagradas, al ser justamente las que otorgan el preciado líquido de la vida) pero, en cambio, rechazan los huevos (que no pueden formar parte de su dieta) porque, según su concepción, representan una nueva vida potencial.
Pollito de granja industrial con malformaciones en las patas
Otros tipos de alimentación, total o parcialmente vegetariana, son practicados por grupos más o menos numerosos, dependiendo del país en que están difundidos. Veamos algunos de ellos.
Los Macrobióticos, que buscan un equilibrio entre los distintos elementos alimenticios, inspirándose en la filosofía oriental del yin, contrapuesto al yang. Consumen ocasionalmente algún tipo de carne.
Los Crudistas, consumen exclusivamente alimentos crudos, ya que consideran que la cocción reduce notablemente el contenido de proteínas, vitaminas, azúcares y sales minerales. Esta dieta aporta ventajas al prevenir algunos estados patológicos del intestino, ya que se ingiere fibra pura.
Dentro de largas naves, los pollos y gallinas viven hacinados de por vida en exiguas jaulas. Crecen con deformaciones en patas y alas y desarrollan conductas agresivas. Para evitarlo, se les corta el pico, una operación dolorosa equiparable a arrancar una uña humana sin anestesia.
Los Eubióticos, son los que se dedican a la Eubiótica, ciencia del bien de la vida. Exalta todo aquello que proviene de la tierra y que, a través de una alimentación sana y racional puede dar la alegría de vivir. En síntesis, su mensaje es: vivir sanos con alimentos sanos. Tampoco es esta una dieta exclusivamente vegetariana.
Los Steinerianos, siguen las teorías biodinámicas de Rudolf Steiner, basadas en el aborrecimiento de cualquier sustancia química utilizada en los cultivos, por lo que su agricultura se centra en la obtención de productos naturales, libres de sustancias intoxicantes. Esta propuesta alimenticia no presenta ninguna contraindicación, ya que los productos químicos utilizados en la agricultura moderna no son saludables para el organismo. Además, la teoría de Steiner es una verdadera filosofía para salvar a la Tierra enferma.

Numerosos criadores consiguen mayor volumen, más peso y menos grasa o alterar el color y la textura de las carnes recurriendo a piensos artificiales y hormonas. Saturados por estas sustancias químicas añadidas, por vacunas y pesticidas los animales segregan además de sus propias toxinas como el Amoníaco, la Urea, el Ácido Úrico y la Creatinina. Y finalmente los procesos de la cría intensiva, el transporte y el sacrificio, dolorosos y antinaturales, producen otras toxinas [Leucomainas, Ptomainas y Ácido Láctico] que pondrán también el sistema digestivo del consumidor a dura prueba.
LAS RAZONES DE LA ELECCIÓN
Nosotros, hemos elegido no comer nada que tenga ojos, porque la carne del animal contiene el miedo y el estrés derivados de su muerte violenta. Esta es una afirmación que, somos conscientes de ello, no posee ningún fundamento científico, aunque es considerada como postulado absoluto por los vegetarianos más convencidos.
· La carne, además de ser costosa, contiene muchos aditivos tóxicos, e incluso cancerígenos, provenientes tanto del ambiente en el que ha vivido el animal como de los alimentos con los que ha sido nutrido, harinas, cuyos ingredientes son restos de otros animales.
La vida de las vacas, cerdos, gallinas, conejos...etc. transcurre en reducidos establos (algunos llenos de suciedad) de los que salen sólo para ir, hacinados también, hacia el matadero. Los procesos de limpieza son automáticos pero no bastan para evitar una alta concentración de amoníaco que les produce neumonía. En la foto vacas moribundas son conducidas al matadero.
· La producción de grandes cantidades de carne provoca en la tierra un consumo energético tal que no puede ser mantenido durante mucho tiempo sin crear descompensaciones en el equilibrio ecológico ambiental. Los vegetarianos opinamos que conviene cultivar la tierra para producir frutos de los que el humano se nutrirá diariamente, y no criar animales para después alimentarse de ellos.
Nunca mojes tu pan en la sangre de los animales ni en las lágrimas de tus semejantes. PITÁGORAS
Con una alimentación excesivamente basada en alimentos cárnicos, ricos en grasas saturadas y sal, es muy difícil proteger al corazón y a los vasos sanguíneos, de las enfermedades más comunes, como el infarto, la arterioesclerosis, el ictus, etc.
· El exceso de proteínas, fácilmente favorecido por la ingestión de carne, embutidos y grasas, propicia la aparición de enfermedades como la gota, la artritis y los reumatismos. Asimismo, los deshechos azoados, originados por el consumo de carne, deben ser eliminados por órganos que generalmente ya están dañados, como el hígado y los riñones, agravándose de este modo su estado fisiológico.
Yo soy, por principio, un ferviente seguidor del vegetarianismo. Sobre todo por razones morales y éticas. Creo firmemente que un orden de vida vegetariano, aunque sólo sea a nivel de efectos físicos, influirá sobre el temperamento del humano. Albert EINSTEIN.
·
El aporte de fibra presente en los regímenes cárnicos es, obviamente, muy inferior a la de los vegetarianos, hecho que comporta que la carne, al ser un alimento concentrado, permanezca durante mucho tiempo en el colon, provocando frecuentes alteraciones de la flora bacteriana intestinal y, en ocasiones, verdaderos fenómenos putrefactivos.
Quiero aclarar que la finalidad de estos cuadernos vegetarianos no es en modo alguno convertir al Naturismo o a cualquier otra tendencia antes señalada, sino exponer un modo de alimentación carente de crueldad y dolor. Después, que cada un@ obre según su criterio. No decimos humanos, ya va siendo hora de demostrarlo.
VEGAN PRISIONERS SUPPORTERS GROUP
www.cares.demon.co.uk/vpsg.htm
PANGEA DEFENSE & LIBERATION
www.geocities.com/veganxland
THE NATURE OF WELLNESS
(Científicos contra la vivisección)
www.animalresearch.org
Pienso en la primera noche de Diógenes. Toda la antigua filosofía se fundaba en la sencillez de la vida!... En este sentido los pocos filósofos vegetarianos han hecho más por el bien de la humanidad, que todos los demás modernos filósofos juntos, y mientras éstos no tengan el valor de seguir un nuevo régimen de vida enseñando con el ejemplo, no habrán hecho nada.
F. NIETZSCHE
Según nuestros conocimientos actuales, no se puede comprobar ni el efecto probable de los medicamentos, ni su eficacia, ni su inocuidad en los humanos a través de la experimentación en animales.
Profesor Herbert Hensel, Farmacólogo